10 de diciembre de 2023

SI LA HISTORIA LA ESCRIBEN LOS QUE GANAN…

La historia la cuentan los dueños de la imprenta. La opinión pública, a merced del colonizador. Si miramos los últimos quince, de los setenta y cinco años de ocupación israelí sobre el pueblo palestinos advertimos que, solo durante este año el ejército ocupante asesinó a 678 personas de las cuales 140 eran niños y 104…

La historia la cuentan los dueños de la imprenta. La opinión pública, a merced del colonizador.

Si miramos los últimos quince, de los setenta y cinco años de ocupación israelí sobre el pueblo palestinos advertimos que, solo durante este año el ejército ocupante asesinó a 678 personas de las cuales 140 eran niños y 104 mujeres.

Por Manu Campi

@manucampimaier

@ Redacción El Argentino diario

11.10.2023

La historia la cuentan los dueños de la imprenta y, como si fuera un texto único, aquellos que no tienen tal dominio han sido, son y serán bárbaros, infieles o terroristas.

El imperialismo se expande para sostenerse.

El peligro que representan los sometidos justifica cualquier rectificación armada para que ninguno pueda velar por derechos que alguna vez fueron propios.

Las noticias vuelan, estremecedoras.

El análisis está en la tapa de los diarios.

La opinión pública, a merced del colonizador.

Para los egipcios, nubios, libios, hititas y persas; para romanos, Aníbal de Cartago; para los griegos, los persas; para los incas, collas y lupacas.

Por donde se mire, la lista desborda de espacios sociales a costillas de otro.

Nuestra historia es eso.

El imperio español se cargó el noventa por ciento de la población originaria de América del Sur por los metales que sirvieron para sostener lo que el Oriente ya no les daba, y por los que, en el Vaticano cualquier guía no duda en lamentar el oro perdido a manos de Napoleón.

El saqueo entonces fue, es y será la materia prima de los imperios y sus políticas predatorias.

No hay ninguna novedad en esto.

La historia se tuerce en favor del más fuerte, así como también sostiene que jamás alguno haya pedido permiso.

Crecimos leyendo, escuchando y viendo que el terrorismo es un enemigo invisible que vive en lugares oscuros con un poder que, de no tratar a tiempo, puede resultar de lo más perturbador capaz de representar las pesadillas de nuestras pesadillas.

Vestidos generalmente de blanco, con el relieve como guarida, amparado por seres a los que no se les comprende el idioma y cargan con cuestiones culturales sumamente objetables.

Habría que redefinir el significado del terrorismo y dejar de pensar que cualquier intento de resistencia por los pueblos sometidos son aquello que se nos intenta vender.

La Franja de Gaza es noticia occidental por que el comprometido fue, por dos días, Israel.

Sin embargo, si miramos los últimos quince, de los setenta y cinco años de ocupación israelí sobre el pueblo palestinos advertimos que, solo durante este año el ejército ocupante asesinó a 678 personas de las cuales 140 eran niños y 104 mujeres.

Con más de 6 millones de refugiados en la actualidad según datos oficiales, el pueblo palestino representa la cuarta parte de la población refugiada mundial con holgadas denuncias de la Unión Europea y organismos de derechos humanos sobre las violaciones en la Franja a manos del Estado de Israel.

Quiérase o no “los ataques de Hamas son la respuesta a la política terrorista de conquista que el régimen israelí ha perpetrado por décadas”, dijo a los medios el sociólogo Atilio Borón.

Tampoco es el primero, ni el último, en sostener que Gaza es la mayor cárcel a cielo abierto del mundo.

No vamos a torcer la historia, mucho menos a escribirla.

Nacimos del lado de los que atienden por la puerta grande y con una sonrisa a los ladrones de nuestros recursos.

MC/



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