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ROMPER EL CERCO, CAMBIAR LAS REGLAS, SALIR DEL LABERINTO

La política quedó reducida a la acción del estado y del congreso, o casi…

Es imprescindible que Cristina sea nuestra candidata, que podamos impedir que sea proscripta, que logremos romper la operación de pinzas (entre la justicia y el poder político-mediático) con que el enemigo pretende desterrarnos.

 

Por Jorge Guinsburg

Nac&Pop

04/02/2023

El enemigo opera a largo plazo, pero construyendo todos los días por un lado una estructura de sentido común cotidiano sobre la cual se pueden soportar ideas que no podrían resistir el menor análisis.

Por otro lado, en cada operación de deformación, de distorsión, de colonización del peronismo, a lo largo de la historia, desde el 55′ o antes, además de operar en «su» presente, cuando la operación es derrotada, desbaratada, logrando que pierda fuerza y capacidad para redireccionar la realidad del momento, va dejando un lastre, un sector, que con esa operación obtuvo chapa de peronista, y permanece dentro del peronismo, sigue operando, a veces de manera intrascendente y otras con cierta fuerza, de manera de torcer la dirección que debe, o debería, llevar como consecuencia de su razón y necesidad de existencia.

Lo vemos sobre todo en el sindicalismo, al menos en una parte importante, no se entiende que es lo que hace que hoy sean reconocidos como peronistas, traten de imponer decisiones al conjunto de peronismo, sin ningún sostén ni doctrinario, ni histórico no político.

También en un sector de la política.

Qué es lo que hace que Schiaretti o Pichetto sigan siendo reconocidos como peronistas?

Pero lo más importante, lo más estratégico es como a lo largo de esa misma historia han logrado reducir a peronismo a la mera acción política.

La política quedó reducida a la acción del estado y del congreso, o casi…

Fuimos llevados poco a poco y casi sin darnos cuenta a renunciar a las herramientas de construcción y ejercicio de poder que llevó décadas construir, y que fueron el sustento de nuestra capacidad para operar y modificar la realidad.

Nos convencieron, y lo creímos, que si hacíamos algo fuera de los marcos del demoliberalismo del siglo XIX íbamos a ser vistos por la ciudadanía como unos desacatados, casi salvajes, que no entienden lo que es la civilización.

Mientras el enemigo, tuvo la suficiente libertad intelectual para no tener ningún prejuicio sobre la naturaleza de las herramientas de poder que fue acopiando.

Hoy disponen del poder económico, operando en todas las áreas de la vida de la sociedad, el poder financiero, la salud, los alimentos, la energía, dominan la llamada justicia, el poder de represión concentrado en las policías, y en las FFAA, que mientras no sea imprescindible no se van a manifestar, la mayoría de las instituciones de la cultura oficial, las conducciones al menos de las religiones, salvo la musulmana.

Tienen sus propios grupos de tareas de acción violenta.

Disponen de más de un pbi de libre disponibilidad en paraísos fiscales, transformable en liquido en horas, suficiente para trastornar la economía y las finanzas de casi cualquier país.

Hay al menos cinco bases militares de EEUU en territorio argentino, en ubicaciones clave vinculadas a los recursos estratégicos que pretenden apropiar, autorizados por un DNU de macri.

Todo sin pedir permiso, sin culpa, sin cuidarse de mostrar una imagen que opere negativamente en la sociedad.

Articulan en ese dispositivo amplio sus movimientos y su avance con unidad de concepción y acción.

Pero lo peor de todo es que todo esto permeó en el pueblo, fue instalándose en el sentido común de la gente, y determina y condiciona las decisiones de este 50%.

Hasta lograron construir una lógica perversa en “su” 50% por la cual todo vale, con tal de terminar de destruir al peronismo, y todo es todo.

Siempre tuvimos claro que Alberto era un candidato posible, que se adapta como una gelatina al molde que le fue diseñado, sin poder encontrar el camino y las herramientas para revertir las condiciones de borde que el enemigo nos fue construyendo.

Por todo esto, es imprescindible que Cristina sea nuestra candidata, que podamos impedir que sea proscripta, que logremos romper la operación de pinzas (entre la justicia y el poder político-mediático) con que el enemigo pretende desterrarnos.

No porque solo la amemos.

Es la única que puede devolvernos la mística, la épica, el sentido heroico de la vida, del que no hay duda que es un ejemplo único en la historia, que necesitamos para volver a trabajar y pelear por la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política.

Es la única capaz de concebir y construir una estrategia que nos permita salir del laberinto que el enemigo nos creó, y que todo parece indicar que aceptamos dócilmente.

Es la única que puede devolvernos la esperanza.

Hace varias décadas aprendí, que una operación de pinzas se enfrenta concentrando toda la capacidad de fuego en el punto más débil.

Sun Tzu enseña en sus «13 Principios del Buen Guerrear» que el que puede imponer las reglas tiene la mitad de la batalla ganada.

Tiempo después se puso de moda decir que de un laberinto se sale por arriba.

JNG



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