DE LA BALANZA DE LA JUSTICIA A LA ESPADA DE MAGNETTO
El objetivo es enterrar al país. La justicia ya no utiliza La Balanza, ha impuesto una nueva hora de La Espada. La esperanza está depositada en La Lapicera, esa que CFK recomendó: «te pido que la uses». Por Ignacio Lizaso NAC&POP 03/02/2023 La que debe firmar el decreto de necesidad y urgencia que apunta a ampliar…

El objetivo es enterrar al país.
La justicia ya no utiliza La Balanza, ha impuesto una nueva hora de La Espada. La esperanza está depositada en La Lapicera, esa que CFK recomendó: «te pido que la uses».
Por Ignacio Lizaso
NAC&POP
03/02/2023
La que debe firmar el decreto de necesidad y urgencia que apunta a ampliar a 25 el número de miembros de la Corte Suprema de Justicia y a la reforma del Consejo de la Magistratura.
A este tipo de decretos se los ha condenado a la denominación de DNU, sigla que desde que fue prostituida por Macri suena tan rastrera como JxC, OTAN o ADEPA.
Todo indica que el proyecto terminará encajonado por falta de votos en el recinto o por decisión de la Corte, como sucede con el intento de magnicidio del que fue víctima la vicepresidenta.
El verbo encajonar implica el uso de un cajón oficinesco-burocrático, pero que en este caso cumplirá funciones de ataúd.
El objetivo es enterrar al país.
Una encuesta de la Universidad de San Andrés estableció en 2019 que el 80 % de la población tenía una imagen negativa de la justicia nacional.
Otra de la consultora Opina Argentina (2022), la estimó parejamente negativa en un 78 %.
Para complementar esos estudios se ha efectuado una encuesta entre un centenar de personas de ambos sexos, psicólogo y cartonero, poeta y vendedor de juguetes sexuales, enfermera y ama de casa,con una consigna simple: ¿cuál es la imagen simbólica, tradicional de la justicia?
El 83 % de las respuestas coincidieron en identificarla con una mujer, los ojos vendados, que en una mano enarbola La Balanza.
Para el 9 % la mujer sostenía «algo» en la otra mano.
El 3 % se quedó en no-sabe-no-contesta. Sólo el 4 % afirmó que ese algo era La Espada.
Cifras que alarman.
Tanto como las respuestas al interrogante: ¿cuántos miembros integran la Corte?, formulado hace unos días por televisión.
Alguien dijo 135 y ninguno de los presentes bajó de 10.
Produce taquicardia imaginar que en una Corte de 135 supremos habría 45 Rosatti, 45 Rosenkrantz, 44 Lorenzetti y 1 Maqueda.
Horrible pesadilla.
Se diría que el futuro de nuestro país está ligado a un par de fantasmas y una esperanza.
El primero de los fantasmas se refiere a la imposibilidad de reunir los votos parlamentarios para que el Congreso disponga el juicio político de los miembros de la Corte, sin recurrir al DNU.
El segundo fantasma, la reparación de La Balanza seriamente descalibrada, se vincula con la consigna de la citada encuesta.
La Balanza representaría (ía) idealmente la igualdad con que la justicia debería (ía) tratar a los ciudadanos.
De investigaciones históricas surge que en el Antiguo Egipto se pesaban corazones para disponer si el portador iría al paraíso o sería devorado por un monstruo.
Si al actual club Liverpool de justicia se le diera por volver a instituir al peso de corazones, cuánto defensor de la causa nacional y popular, cuánto grone, cuánto choripanero, terminaría siendo gozosamente manducado por la cola de pro-monstruos listos para el banquete.
La Espada era símbolo del rigor y el orden con que las fuerzas de seguridad garantizaban el cumplimiento de las resoluciones judiciales.
Una fecha clave en el proceso de descomposición que estalló en los elevados índices negativos de opinión es el 29 de junio de 2016.
Ese día se concretó el irregular ingreso a la Corte de Rosatti (dos meses después entró Rosenkrantz).
Arma de sangre fría – tras 32 años de democracia se hallaba en aparente estado de hibernación -, desde ese episodio La Espada recobró vida en el accionar del alto tribunal, jueces, fiscales y «comodoros».
Simultáneamente le desprendieron la venda (y los calzones) a la señora y La Balanza fue enviada a Wuhan para su urgente acondicionamiento con miras a posteriores funciones. (Wuhan es el centro industrial chino donde se fabrican las famosas balanzas «e-accura»).
El ilimitado poder que no cesa de acumular la Corte, la prepotencia con que ha ido copando las áreas estratégicas de los otros poderes y el propio para humillar y proscribir a sus adversarios políticos, y el manejo de Rosatti del Consejo de la Magistratura, usurpación que sin «el peso» de La Espada no se hubieran atrevido a concretar, parecería que lograron apartar de su clásica prudencia a Alberto Fernández.
«Se ha perdido todo criterio de justicia.
Los argentinos revisamos cada 2 años el funcionamiento del Poder Legislativo y cada 4 el del Ejecutivo.
¿Cuándo vamos a revisar las acciones de la Corte y el Poder Judicial?», ha planteado Fernández.
Apenas se inició el debate por el juicio político, curiosamente (o no) el diario Clarín publicó supuestas declaraciones de un vocero del Departamento de Estado yanqui reclamando «respeto a las instituciones democráticas y la separación de los poderes».
¿Vocero corresponsal del periodismo de guerra o simplemente fake vocero?
¿Y qué piensan nuestros compatriotas del constante envío a Ucrania de misiles «asesinos de tanques», drones y miles de millones de dólares para modernizar sus fuerzas armadas?
Lo que corrobora que quieren asegurar la extensión del amasijo de pueblo, no importa si ucraniano, ruso, peruano o jujeño, valga como caso testigo el de Milagro Sala.
Gigantesco manejo del poder real ostentan estos adictos a La Espada.
No faltan argentinos dispuestos a cumplir la misión de anónimos custodios, sin pretender que los conduzca a «pasar a la historia», el destino del que se jactaban Morel, Sabag Montiel, la Uliambre y demás «encaputados» partícipes del fallido magnicidio.
El compromiso radica en ganar la calle, controlar la redacción del decreto letra por letra y gritarle «la tenés que usar» a la mano encargada de empuñar La Lapicera.
El 1° de febrero, en el acto de repudio a la Corte, frente a Tribunales, una cita ineludible..
El pueblo rechaza una nueva edición de la hora de La Espada.
La originaria, que alentó el derrocamiento de Yrigoyen, fue dictada, en 1930, por el ex poeta Leopoldo Lugones.
Como la Bullrich y dos peruanos: Vargas Llosa y la presidenciada Baluarte, Lugones militó sucesivamente como socialista, liberal, conservador y fascista.
Proclamó la vigencia de la hora de La Espada sosteniendo que había caducado el orden institucional y que «el ejército es la única aristocracia».
Lugones vomitó semejante discurso en un aniversario de la batalla de Ayacucho, que consolidó la independencia de Perú.
Hecho paradojal, 50 años después de que Lugones hipotecara vilmente «la casita del hornero», en 1980 Sendero Luminoso instalaría su cuartel general en Pampa de la Quinua, escenario de la batalla.
Al margen del sólido, temible y descarado auspicio de Magnetto, la Corte, Stanley, los Macri, Bullrich, La Lapicera debe abortar el renacimiento de La Espada.
Una decisión que no admite postergaciones.
Si no sale el decreto se asistirá al encajonamiento del DNU y el entierro del país.
Pala en mano, Rosatti, Rosenkrantz, Bruglia, Bertuzzi.
Llorens, Stornelli, Ercolini no cesan de echar tierra sin asco, fieles a las instrucciones que envía Pepín Rodríguez Simón desde el Hyatt Pocitos y blindados por La Espada de Magnetto.