COCO SILLY ENTREVISTA A OSVALDO PAPALEO Y TODO ES UNA DELICIA
OP: reivindico mi grupo de pertenencia, mi ideología, mi vida y no le paso factura a nadie. Vos llegabas a un país democrático, y a los diez minutos te llamaba el presidente de la nación que quería que Atahualpa lo vaya a visitar. En la dictadura volvía a ser el payador perseguido. Por Coco Silly NOCHE…

OP: reivindico mi grupo de pertenencia, mi ideología, mi vida y no le paso factura a nadie.
Vos llegabas a un país democrático, y a los diez minutos te llamaba el presidente de la nación que quería que Atahualpa lo vaya a visitar. En la dictadura volvía a ser el payador perseguido.
Por Coco Silly
NOCHE DE MENTE
Canal 7 TVP
08/02/2023
Coco Silly:-Osvaldo es parte de la historia argentina, ¿tenés como un peso con eso?
Osvaldo Papaleo:-No, tengo alegría de eso.
Lo debo contar con todas las tragedias que a veces a uno le tocó vivir, o cosas malas.
Pero igual yo siempre digo, reivindico mi grupo de pertenencia, mi ideología, mi vida y no le paso factura a nadie.
Al contrario.
Yo tengo que decir que lo mejor que me pudo ocurrir es haber sido militante político toda la vida, haber estado comprometido, no reniego de nada.
Sé cuál es mi grupo de pertenencia, lo tengo claro y tengo muchas cosas.
El trabajo artístico me ha dado la fortuna de haber trabajado con tipos como Atahualpa Yupanqui, Piazzolla, Ney Matogrosso.
Muy atrevido yo, en el 80 traje a Ney Matogrosso y había que traerlo y bancarlo.
El me recibe en Río, yo estaba en el exilio, y me citó a una reunión.
Yo fui muy formal, como somos los argentinos, metemos saco en Río que hacía 80 grados de calor.
Y me dijo, “mirá, me vienen a ver muchos argentinos, son todos gays ¿vos no sos gay?”, “no”, le dije.
“Bueno, vos me vas a llevar” me dijo y yo le respondí “claro que te voy a llevar”.
Y efectivamente hicimos hasta hoy una enorme relación,
Ney se escribe conmigo, vive muy bien, está perfecto tiene 80 años.
Sigue cantando con esfuerzo físico.
En el año 80 esto era el infierno para él.
Y la gente, con cierto disimulo, llenó los teatros.
Eso me permitió conocer a Elis Regina, que fue la gran embajadora mía en Brasil, me presentó a Milton Nascimento, Hermeto Pascoal, tipos que eran importantes.
Yo los traje a todos.
A toda esa camada.
CS:-Qué maravilla de artista que es Ney Matogrosso.
OP:-Y de persona.
Además, él habla castellano porque tiene una abuela paraguaya.
El hace un grupo que se llamaba “Secos e molhados”, que se pintaban la cara y él me decía “Mira, que hablan de Kiss si nosotros nos pintábamos la cara diez años antes que ellos”.
Un tipo inteligente.
Con Atahualpa estuve cuatro años, era guitarra y yo.
Si te digo el cachet te morís, cuánto cobrábamos.
Vivíamos haciendo gira, y además conociendo a un tipo impresionante.
CS:-¿Desde dónde agarro la nota?
Porque nosotros hemos morfado juntos, conozco estas historias.
A la gente que nos está viendo, y disfrútenlo esto, te voy a preguntar cositas chiquititas porque vos tiras a veces unos nombres. Atahualpa Yupanqui,
¿Cómo era como tipo?
OP:-Era muy ganador con las minas.
Había que ir al rebote de él, un seductor.
Vos llegabas a un país democrático, y a los diez minutos te llamaba el presidente de la nación que quería que Atahualpa lo vaya a visitar.
En la dictadura volvía a ser el payador perseguido.
El viejo te hablaba de Neruda, de García Lorca con una
naturalidad insolente.
Yo decía “maestro, despacio”.
Él decía “yo estuve con Neruda, con Nicolás Guillén” así como al pasar, como si fuera el equipo de La Scaloneta.
Atahualpa cantó en el año 48 con Edith Piaf.
Yo fui al museo a la casa de Edith Piaf en París, nosotros siempre nos damos un lugar revolucionario para militar.
CS:-Vos perteneces al peronismo francés.
OP:-Abrimos una unidad básica de combate.
Fui a ver y estaba el afiche que decía “Edith Piaf presenta a Atahualpa Yupanqui” año 48.
En el año 48, después de la Segunda Guerra Mundial, Edith Piaf era el gorrión de París en serio.
Era la cantante de la liberación.
Y lo llevó a Atahualpa, el encaró, fueron y cantó lo de él.
Atahualpa te contaba esas cosas, y además era un tipo de una enorme formación humanística.
Todos hablamos de Perón.
Coco Silly:-A los que somos peronistas y a los que no, contame al Perón de la motoneta, no me contés el estadista.
OP:-Conocí al Perón en el “destierro”.
Término que ahora en un libro de Juan Manuel Medina padre, que lo recomiendo leer porque es una maravilla, ahí cuenta cosas que tienen que ver con la llegada de Perón el 17 de noviembre del 72 y la llegada del 20 de Julio.
El retorno de Perón del destierro.
Perón no estaba exiliado, estaba desterrado que es otra cosa.
Yo tuve la fortuna de conocerlo en distintas circunstancias, una muy emotiva cuando entregaron el cadáver de Eva Perón.
Yo fui con Carlos Spadone a Milán porque teníamos el aviso que la dictadura de Lanusse devolvía a Perón el cadáver de Eva, que estaba enterrado en el cementerio de Milano.
Fui, le avisé a Alejandro Romay y le dije “tengo un dato, pero es privado, me ha llegado que devuelven el cadáver de Evita”.
Me dice “no, no está más”.
Romay era un tipo no formado políticamente, pero buena gente al lado de las cosas que uno ve ahora.
Y entonces fuimos allá con una cámara y efectivamente estaba
enterrada con el nombre de María Magistris, en eso tiene una importante intervención la iglesia que es la que preserva el cadáver de Eva Perón.
Aramburu dijo “el cadáver de Eva Perón no lo quiero destruir”, como querían hacer muchos, tirarlo al Río de la Plata, hacer cualquier cosa.
Y dijo “yo se lo entregó a la iglesia”, y la iglesia preservó a Evita.
Cuando muere Aramburu, en su testamento está el secreto de donde está el cadáver, el gobierno militar lo sabe.
CS:-¿Por qué viajas vos?
OP:-Porque tengo la corneta y soy periodista.
Tengo una corneta que no tiene nadie y entonces digo “vamos allá con Spadone y lo hacemos”.
Yo cuento con testigos, en el libro que escribió Spadone esto está.
El italiano que manejaba el coche fúnebre que la llevaba, como buen tano le pusimos la cámara y hablaba, contaba todo.
Dice “no vamos a ir en avión, vamos por tierra porque se va a llamar María Magistris hasta que lleguemos a Puerta de Hierro”.
No volvió a ser Eva Perón hasta que no estuvo en la casa de Perón en Madrid.
CS:-¿Vos estuviste en el momento en el cual llega el auto y está Perón esperando?
OP:-Hasta ahí, en la entrega.
Estaba el embajador argentino Rojas Silveyra, estaban todos.
Y con Spadone viajamos en avión, llegamos antes que el cadáver,
compramos panettones para el general, porque había que llevar panettones para el general porque comía panettones, cumplíamos con todos los ritos.
Yo siempre digo que a Perón nunca vi nadie que le discuta.
Leo por ahí dice “No, yo le dije a Perón”, quizás es posible que haya habido algún atrevimiento.
CS:-¿Sentiste que te quería?
OP:-Lo que pasa es que yo era un díscolo, joven y le decía cosas que los demás no le decían.
Cosas normales, nos preguntaba algo de los medios de comunicación, no me iba preguntar de economía, yo le contaba y le ponía cierto humor en las cosas.
Además, era un gran consumidor de televisión y un gran conocedor de los medios de comunicación, en eso no era un improvisado.
Por eso volvió al país y habló de la televisión en cadena nacional.
Estaban presentes Antonio Carrizo, Mareco, Brandoni, las organizaciones sindicales y Perón hizo una cadena nacional.
Y te cuento cómo Perón elige el color, venia la televisión en color, nosotros creíamos en el año 74 que el mundial 78 lo íbamos a ver.
Perón falleció antes y nosotros pasamos al exilio.
Pero se jugaba el mundial 74 y si Argentina no tenía un sistema
de color, de propuestas, no había mundial 78 en Argentina.
Perón nos reúne a todos, empieza a hablar y dice “miren, tenemos que buscar un sistema el cual va a ser”.
Perón lo tenía decidido, lo que pasa es que hace una asamblea a nosotros para que votemos y votábamos.
Pero la explicación, que le hacía muy didáctica, decía “el PAL es una función alemana, pero está el SECAM francés que es muy
como el Peugeot, tallerista.
No vamos a poner el de los americanos porque si no la programación va a ser del Imperio.
Yo pienso que el PAL porque los alemanes tienen un método de conocimiento de la técnica, es más simple.
Porque tenemos que pensar en los muchachos de Villa Martelli”, y ahí algunos medios pusieron acá.
“Yo traje los Mercedes Benz en el 51 y 52, estamos en el 74 y todavía andan porque lo arreglan los muchachos de Villa Martelli, que son argentinos que tienen la lógica de aquel alemán que hizo el Mercedes y lo arregla.
Con los televisores a color va a pasar lo mismo, el día que se descompongan
¿Quién los arregla?
Los muchachos de Villa Martelli”.
CS:-Claro, tenía razón.
OP:-Y el SECAM lo tenía Brasil.
Pensá que Perón trajo la televisión en el año 51, el primer país de América restando Estados Unidos que tuvo televisión.
Nosotros, antes que Brasil y México.
Es por eso cuando yo hablo de Perón, de las cosas que sabía, un monstruo.
CS:-¿No decís tu edad por coquetería?
¿Estás loco?
OP:-Tengo 82 años, escorpiano y dragón.
Los escorpianos tenemos ciertos valores.
A mi Mariotto, que es como mi hermano, me dice siempre “Osvaldo, no nos olvidemos, escorpiano y peronista”.
Te quiero decir que toda esa relación con Perón, a mí me hubiera encantado conocer a Mao, no tuve suerte.
Me hubiera encantado conocer al Mariscal Tito, a Stalin, pero conocí a Perón, tuve una fortuna enorme.
Pude ver a un tipo que, a lo largo del tiempo, hoy mismo la gente joven lee las cosas de Perón y ve la formación.
Perón en su pensamiento hace un congreso de filosofía en Mendoza para largar “La comunidad organizada”.
Un tipo que entendía lo que era el poder y además entendía lo que era el poder, el pueblo y se comunicaba.
No hablaba en vano en el balcón con la gente, hablaba porque la
comunicación era hacerle entender a los trabajadores que ese tipo no era solo un militar con sensibilidad que les iba a dar cosas, era un líder político.
Que además al lado con Evita, una historia de amor auténtica innegable, la apoyada de Evita en el pecho de Perón, en el palco de obras públicas, ningún tele teatro de Migré pagando lo pudo hacer.
Eso es el amor
El fin de semana, que se lo recomiendo, fui a ver a Brandoni y a Eduardo Blanco en Parque Lezama, y más allá de las cosas ideológicas de que uno pueda pensar de una manera, el otro de la otra.
En el arte no hay grieta.
Ver a Brandoni que es un inmenso actor realmente, la verdad que un gran actor.
Iba caminando por la calle Corrientes, íbamos a comer con mis hijos y me iban preguntando las estrellas que hay en el piso.
Me dicen “Juana Hidalgo” y yo les contaba, la Coca Sarli. Irma Roy.
CS:-¿Qué recuerdo tenés de quién fue tu mujer?
OP:-Irma fue exiliada y prohibida en el 55, era muy joven.
Estaba casada con Eduardo Cuitiño, un gran actor, peronista.
Los Cuitiño venían de la mazorca, descendiente de aquel.
Era un militante peronista y como muchos actores del 55 fueron prohibidos.
Para que recuerden también, y para que vean sobre todo las mujeres feministas, Irma Roy en el 55 absolutamente prohibida.
Vuelve al país y en el 76 la vuelven a prohibir.
Voy preso, mi hermana Lidia detenida, todos vivimos esa historia.
Pero yo siempre lo digo con naturalidad, nosotros somos una gran familia que tenemos una historia potente, pero nos
divertimos, nos reímos y si no le daríamos el gusto al enemigo.
Si nos ve con cara de culo el enemigo ganó, nosotros no somos como el enemigo.
Nosotros vivimos con alegría la vida con los compañeros.
A mí encontrar un compañero me da alegría, no estoy para putear a nadie.
Y, además, a esta edad trato de apoyar no los disensos sino las uniones.
Me dicen “¿vos con quién estás?”
“Con todos”, le digo yo.
Pero no soy un panqueque que ando en cualquier esquina, me respetan porque estoy en esta esquina desde siempre y por esta esquina sufrí, pero no paso factura, al contrario.
Me dio todo el peronismo, que me voy a quejar.
CS:-¿Pero no te queda ningún resentimiento?
Un tipo que estuvo exiliado, preso.
OP:-Preso en campo de concentración nueve meses.
Cerca de donde naciste vos, en el Don Bosco.
Estuvimos nueve meses.
Mucho más la pasó mi hermana que estuvo cinco años presa del proceso, los juicios, torturados.
Nosotros también, pero nueve meses.
Yo guardo un solo recuerdo de eso, primero que los acusamos en la junta y que están todos vivos, presos con cadena perpetua, la enorme mayoría.
Los que no, murieron caso Etchecolatz, Camps, etcétera.
Están presos, eso es un triunfo nuestro, pero lo hicimos con la ley.
No somos caníbales.
Y como hablamos siempre de las Madres y de las Abuelas, nunca desde el rencor sino desde la justicia.
Además del respeto, lo que han hecho las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo es irrepetible en el mundo.
CS:-¿Viste la película “Argentina, 1985”?
OP:-Todavía no la vi.
He visto varias películas, muchas son respetuosas, otras no tanto.
Creo que hay que tratar los temas estos tan agudos, porque no todos pensábamos igual en el 74 y que había violencia política.
Pero qué nos reconstruye y hoy nos podemos encontrar los que estuvimos en diferentes veredas, que pensábamos distinto, que no nos matábamos, pero había diferentes pensamientos.
Respeto de los tipos, que en mi caso considero que fue una táctica, una estrategia de ellos equivocada.
Le respeto que dejaron su vida por algo que pensaban.
No eran parte de un directorio de un banco que quebró y los mataron los ahorristas.
Un tipo que se juega la vida, es digno de respeto en cualquier orden de la vida, sobre todo en lo político.
Después pueden estar equivocados, pero podemos charlar.
Nos encontramos, estuvimos presos juntos después.
En Devoto nos agarró en el año 76, el día 22 de agosto, ¿sabes lo que era Devoto?
Ardía, la Marcha a full en los ocho pisos, la policía.
Una cárcel totalmente politizada más allá de los presos comunes, de los chorros, y vos preso por funcionario.
Los presos comunes no entendían qué hacíamos nosotros ahí.
Y además las costumbres nuestras: el respeto por el compañero, no había esclavitud de ningún tipo.
Lo único que no permitimos jamás es que Antonio Cafiero, los tipos importantes que estaban, Duilio Brunello, dieran el lampazo, los respetamos.
Somos los pendejos, estos hijos de puta no los pueden ver a ustedes limpiando el pabellón de un penal.
Y entonces por esa razón establecemos los códigos de respeto.
A mí el caso de Antonio Cafiero es una de las cosas más maravillosas que me ocurrió, un enorme personaje, que ame mucho, que respeto.
Y que además hizo un aporte intelectual similar al que hacía Perón.
Cafiero, Perón escribieron libros, no se limitaron a hacer seguidismo de alguna idea.
Al contrario.
Y parado en el lugar que tenía que estar, en el momento que tenía
que estar, parado al lado de Alfonsín en el momento que tenía que estar.
Y seis meses después va una elección y sale electo gobernador de la Provincia de Buenos Aires, qué es el resurgimiento del peronismo.
La renovación peronista.
Pero lo que yo respeto de Perón no tiene medida.
A mí cuando me hacen ciertas comparaciones, digo “a Perón sacalo de la fila porque está con los muy grandes”.
Su obra, su picardía, hasta los dichos cotidianos.
Eso a nosotros nos da una emoción muy particular.
Nosotros tenemos un líder en serio, que murió físicamente,
pero no nos dejó un puñado de anécdotas, nos dejó una ideología, una conducta a seguir, una forma de vida.
Yo le digo a los muchachos, uno trabaja con gente, con artistas, nosotros tenemos una cosa en común, una conducta de vida con lo cual nos lleva a no joder al que labura, a respetarlo.
Atahualpa no era peronista, Piazzolla tampoco, pero te respetaban porque vos pensabas de una forma y habías
respaldado con tu conducta tu vida.
FIN